jueves, septiembre 29, 2005

Erratas

¿Por qué la estúpida* necesidad de pedir disculpas por todos mis estúpidos errores? Y cuando digo estúpidos es porque lo son. Son nimios errores. No que yo los considere así. No. Es que lo son. Son errores del tipo de no sacar la ropa de la secadora porque honestamente se te olvidó cuando te lo pidieron. Son del tipo de llegar tarde a algún sitio porque honestamente no preveíste la cola que podía haber en la autopista a esa hora.

Pasas largos momentos con una terrible sensación en la boca del estómago, un horroroso saber que el otro está genuinamente decepcionado de ti, por aquel nimio error que te arriesgaste a cometer.

¿Para qué? ¿Si no hay intercambio equivalente**?

¿Por qué sufrir? Al final no estás en tu derecho de sentirte mal cuando alguien más comete un diminuto error en tu contra. Lo disculpas, no tienes porqué estar mal. Su error es tan pequeño como los tuyos. Como dice el adagio, trata a los demás como quisieras que te trataran a ti.

Dios sabe que lo he intentado. Dios sabe que aún lo intento. Pero es eso. No existe intercambio equivalente. Tus errores no son pequeños, nimios, diminutos o insignificantes. Son faltas graves en contra de la integridad de la sociedad y deben ser reprochados, castigados y recordados con severidad. Los errores que los demás cometen contra ti son leves faltas de juicio, pequeños lapsus mentis. No hay siquiera razón ni motivo para pedir disculpas, ¿no? ¿Por qué lo habría? Simplemente te harán saber que el simple hecho de que hayas siquiera ideado que una disculpa sería necesaria es ridículo. Ni siquiera como un simple formalismo, una excusa vacía, una justificación que casi carece de validez. Claro...

Ahora, si lo hubieses cometido tú, el error, claro, entonces sería una historia diferente. Te verías en la necesidad de postrarte ante a aquel contra el que has comentido la injuria y rogar por clemencia, pues aquello en lo que has incurrido podría representar un terrible, terrible agravio para el otro.

O al menos así te llegas a sentir. Cuando te sientes observado por una mirada penetrante, que por más que la boca diga que no importa, los ojos simplemente se niegan a dejar ir el rencor. Y tu inestable psique comienza a cavilar en todas las cosas que tu desliz podría provocar.

Bah...

No me molesta disculparme mil veces si sé que he obrado mal, cuando el otro me hace saber que he obrado mal... pero nada le cuesta al otro hacer lo propio cuando la situación es a la inversa... ¿o sí? Pareciera. Yo sé que no sabías, pero nada te habría costado. ¿Verdad?


* sí, estúpida/o es la palabra de la semana
** sí, Full Metal Alchemist es la serie del año