sábado, julio 30, 2005

La Película

Definitivamente, como dicen por ahí, I'm a lover, not a fighter. O será simplemente que soy una cobarde y que por el simple hecho de no arriesgarme a perder una amistad (o de repente una pelea) no suelo ser tan agresiva como a veces amerita la situación.

Hace como dos meses presté una película a una amiga. La caraja perfecto, "¡me tienen que ir a visitar!" nos dijo a mi hermana y amí como condición para devolverla, un día que la chama vino a usar internet como si esto fuera un cyber, y se fue. Perfecto. No es que yo sea paranoíca con esas vainas, yo confío en mis amigos... pero, como buena sometida que soy, no suelo prestar películas (que con soberano esfuerzo mi papá compra originales) a menos que tenga la seguridad de que la puedo recuperar (dícese que sé dónde vive la persona y puedo ir a arrancársela en caso de expiración de garantía.)

Hace como un mes se fue la señal del cable (y con ella la de los canales nacionales) así que mi papa se puso a ver nuestro repertorio de películas a ver que se le antojaba ver. Resulta que la película que presté es una de sus favoritas y, esperando lo peor, esperé a que mi papá preguntara por ella... No lo hizo. Debo reconocer que me cagué. A la semana siguiente se volvió a ir la señal y pasé por la misma situación. La película es un DVD original que costó real en su momento y que si le pasa algo me va a costar una y parte de la otra reemplazarlo. Me vi en la embarazosa necesidad de pedirle la película a mi amiga. Mi hermana también lo hizo.

Cuando pude lograr hablar con ella semi decentemente resultó que la chama se había mudado. Desastre. Con qué cara le pido yo algo (así sea mio) a alguien que la esta pasando mal. La chama se había ido de su casa, etc... No me meteré en detalles de una vida que no es mía. El hecho es que la dejé tranquila como una semana hasta que se acomodara. Después de pasar un mes en este peo, mi hermana le mandó un mensaje nada bonito mientras yo hacía presión y presión.

Ayer hablé con ella una vez más. Empecé de lo más tranquila: "Épale, que más?" a lo que contesta: "Mañana te llevo tu película, ok??" y yo, sin discutir "oki doki" recordando al teacher. Obviamente estaba arrecha. Que qué bolas, que ella estaba pasándola mal y nosotras todo lo que hacemos es pedir la película y de mala manera. Primero, le dije, que si se la pido es porque hay una razón lógica (tampoco le negué lo de "mala manera" porque no llego a esos niveles de cinismo) y que a mí me encantaría ayudarla, pero no sé como. ¿Por qué no sé cómo? ¡porque qué coño voy a hacer! ¿le doy real? ¿de dónde me lo fabrico? ¿Hospedaje? Aquí no vivo sola y eso está bien unos días, pero la vaina no es permanente. Además de otros asuntos a los cuales no me dirigiré de forma tan pública y que ya le he dicho (demasiado cortésmente).

Me dijo que venía hoy viernes (ya es sábado) y no se apareció... ¿Qué clase de irresponsabilidad es esa? ¿Soy tan así de coño e madre si formo este saperoco alrededor de una película que no hace sino de una suerte de cortina para un problema más profundo? A estas alturas yo sólo me hago una pregunta que me dará suficiente paz mental para contestar las otras.
¿CUÁNDO COÑO ME VAS A TRAER MI PELÍCULA?

1 Comments:

At 7/30/2005 3:14 a. m., Anonymous Anónimo said...

Lección #1: No prestes películas.
Lección #2: No prestes las películas de tu papá.
Lección #3: No prestes nada.

Triste enloadar una amistad por un acto de irresponsabilidad que no cuesta nada resolver, por parte de esta persona.

Yo si presto, pero a un círculo muy pequeñito de gente, que de verdad se dejarían torcer un brazo por mí, pero de esos existen muy pocos y encontrarlos cuesta otro tanto.

Por cierto, amiga, si lees esto: Devuelvele la película vale, no seas mice... que la confianza cuesta mucho ganarsela y ella creyó en ti.

 

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